El presidente Clinton ordena un ataque aéreo contra Irak
El 16 de diciembre de 1998, el presidente Bill Clinton anuncia que ha ordenado ataques aéreos contra Irak porque este país se ha negado a cooperar con los inspectores de armas de las Naciones Unidas (ONU). La decisión de Clinton no contó con el apoyo de miembros clave del Congreso, que lo acusaron de utilizar los ataques aéreos para desviar la atención del proceso de destitución en curso contra él. Justo el día anterior, la Cámara de Representantes había publicado un informe en el que acusaba a Clinton de haber cometido “delitos y faltas graves” relacionados con el escándalo de Monica Lewinsky, en el que Clinton había mantenido –y luego mintió sobre– una relación sexual ilícita con una becaria del Despacho Oval. ↵En el momento de los ataques aéreos, Irak se resistía al acceso sin trabas de los inspectores de la ONU a sus supuestas operaciones para construir armas de destrucción masiva. En 1997, la ONU, temerosa de la beligerancia del líder iraquí Saddam Hussein y de su tendencia a utilizar esas armas contra su propio pueblo, envió inspectores de armas. Después de negarles repetidamente el acceso a ciertos lugares, Clinton recurrió a los ataques aéreos para obligar a Hussein a cooperar. ↵ Muchos en el Congreso coincidieron con el líder de la mayoría republicana Trent Lott en que el momento de los ataques aéreos era “sospechoso” y “superficial”. En su opinión, los ataques aéreos eran simplemente una estratagema para desviar la atención del público de los procedimientos de juicio político y, en última instancia, resultarían inútiles para persuadir a Hussein de que cumpliera con las exigencias de la ONU. Lott y sus compinches consideraban que el bombardeo sostenido de Irak y el derrocamiento directo de Hussein eran la única manera de poner fin al programa de armas de Irak. Clinton, en un discurso público televisado ese día, hizo caso omiso de las críticas y dijo que el presidente iraquí estaba equivocado si pensaba que “…el debate serio [sobre el impeachment] distraería a los estadounidenses o debilitaría nuestra determinación de enfrentarlo”. Subrayó que su decisión de lanzar ataques aéreos era fundamental para los intereses vitales de Estados Unidos y para la seguridad del mundo. ↵ En última instancia, la atención del público estadounidense y de la prensa se mantuvo fija en Clinton y su batalla para salvar su presidencia. Tanto los ataques aéreos como la amenaza de impeachment resultaron anticlimáticos. Clinton fue absuelto por el Senado en febrero de 1999 y los ataques aéreos sobre Irak no lograron intimidar a Hussein para que permitiera a los inspectores de armas el acceso total a las instalaciones de armas de Irak. La continua negativa de Hussein a permitir el acceso total a los inspectores de la ONU llevó finalmente al siguiente presidente, George W. Bush, a ordenar una invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003.