En 1907, 16 acorazados de la Armada de Estados Unidos, conocidos como la “Gran Flota Blanca”, zarparon en un viaje de 14 meses alrededor del mundo para demostrar el poder marítimo estadounidense.
En diciembre de 1907, la Armada de los Estados Unidos se embarcó en un viaje histórico que consolidaría su destreza naval en el escenario mundial. Dieciséis acorazados, conocidos colectivamente como la "Gran Flota Blanca", zarparon en un viaje monumental de 14 meses destinado a mostrar la fuerza marítima y el avance tecnológico estadounidenses. Pintados en un llamativo tono blanco, estos buques simbolizaban no solo el poderío militar, sino también la creciente influencia de los Estados Unidos en los asuntos mundiales. ↵↵La flota, comandada por el contralmirante Charles Sperry, partió de Norfolk, Virginia, el 16 de diciembre, navegando por el Caribe y cruzando el océano Pacífico. El viaje incluyó paradas cruciales en puertos de todo el mundo, incluidos Hawái, Australia, Japón y las ciudades de Europa, donde fueron recibidos con una extraordinaria atención pública y recepciones diplomáticas. La llegada de la flota a los puertos, a menudo acompañada de impresionantes exhibiciones de marinería y ejercicios navales, significó una nueva era en el compromiso estadounidense con el resto del mundo.↵↵Una de las visitas más notables de la flota ocurrió en Japón, donde la Gran Flota Blanca fue recibida con asombro. Esta visita fue significativa, y culminó con la mejora de las relaciones entre las dos naciones, en particular dadas las tensiones en torno a la creciente influencia estadounidense en el este de Asia.↵↵En general, el viaje de la Gran Flota Blanca no solo destacó el progreso logrado por la Armada de los EE. UU., sino que también sirvió para enviar un mensaje claro a la comunidad internacional sobre el poder emergente de los EE. UU. Al completar el viaje en febrero de 1909, se celebró el regreso de la flota, lo que marcó un momento crucial en la historia marítima y estableció a la Armada de los EE. UU. como una fuerza formidable en los asuntos mundiales. La expedición sigue siendo un testimonio de la importancia de la diplomacia naval y el papel del poder marítimo en la configuración de las relaciones globales en los albores del siglo XX.